Una cicatriz hace parte del proceso de reparación cuando la piel sufre una herida. Cuanto más dañada está la piel, más tiempo tomará su recuperación.
La formación de una cicatriz tiene variables que la afectan como la edad del paciente, localización o ubicación en el cuerpo y factores genéticos.
Hay tres tipos de cicatrices:
- Cicatriz Hipertrófica: Este tipo de cicatrización puede ser roja, gruesa y elevada. Se presenta en individuos jóvenes o en gente de piel oscura. Este tipo de cicatriz es roja, gruesa y elevada y el crecimiento de la misma se limita al borde de la cicatriz original.
- Cicatriz Queloide: Este tipo de cicatriz es roja ovalada y se extiende más allá de los bordes de la herida. Se presenta en individuos jóvenes o en gente de piel oscura.
- Cicatriz Atrófica: Este tipo de cicatriz es pequeña y redonda y se forma cuando el proceso de sanación ha sido incompleto.
¿Cómo mejorar una cicatriz?
Se puede mejorar notablemente la apariencia de una cicatriz pero no se puede desaparecer la misma.
Para lograr un excelente resultado, es necesario realizar una valoración de la cicatriz y sus orígenes para determinar el procedimiento a seguir porque cada tipo de cicatriz tiene un parámetro recomendado.
Procedimientos como el peeling, la dermoabrasión, la crioterapia y el láser, entre otras técnicas ofrecen al paciente mejores resultados de acuerdo con sus expectativas.